RECOMENDACIONES DE ANDRÉS MAROTE

El papel que juegan los libros en nuestro desarrollo personal no comienza con lo que leemos de adultos, cuando somos ya conscientes de que lo necesitamos; comienza, realmente, con lo que leemos de niños. Esos libros que leemos de pequeños porque nos divierten, nos entretienen o nos hacen viajar con la imaginación, ya están cumpliendo en nuestra vida una función mayor que cualquier libro de autoayuda que llegue a nuestras manos años después. Por eso voy a comentar 5 libros que, si bien en la librería estarán en la sección de narrativa, para mí (y estoy seguro de que para muchos otros niños y jóvenes también) fueron determinantes en el desarrollo de mi manera de ser persona y de comprender el mundo. Andrés Marote.

1. “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson
Resumen copiado de Amazon.es: Jim Hawkins regenta, junto a sus padres, la posada Almirante Benbow. Su vida discurre tranquila entre la barra y las mesas hasta que, un día, un viejo marinero entra en su fonda acarreando un pesado secreto… De la noche a la mañana el joven Jim se encuentra en la cubierta de la Hispaniola, rodeado de rudos marineros, agasajado por un misterioso cocinero cojo, ansiosos todos ellos por encontrar el codiciado tesoro del capitán Flint.
Andrés nos dice: Leí esta novela por primera vez siendo muy joven, y aprendí con ella más que en toda una carrera universitaria. En parte, por supuesto, por el simple hecho de que me llevó a navegar los mares y a descubrir islas lejanas; ahora sabemos que el cerebro incorpora estas experiencias que leímos, en cierta medida, como si hubiesen sido reales. Pero, sobre todo, rescato la enseñanza de que los humanos no estamos divididos en “buenos y malos”. Ningún libro me ha enseñado eso mejor que este. Leía y aprendía de aquellos piratas que, antes que “malos”, eran humanos, y aquellos doctores que no eran tan “intachables” como pretendían. En esta novela los “malos” fueron capaces de la mayor bondad, y los “buenos”, de la mayor crueldad. Esto, en su momento, me ayudó muchísimo a comprender el mundo adulto que me rodeaba.
2. “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry
Resumen copiado de Amazon.es: Fábula mítica y relato filosófico que interroga acerca de la relación del ser humano con su prójimo y con el mundo, El Principito concentra, con maravillosa simplicidad, la constante reflexión de Saint-Exupéry sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de la vida.
Andrés nos dice: Perdí la cuenta de cuántas veces leí esta pequeña novela. Además de su enorme influencia en mi propia obra, con ella aprendí a moverme por ese mundo no material, aunque tan real como éste, de las emociones e, incluso, de la espiritualidad. Para mí, El principito es un manual para aprender a ver todo lo que no se ve a simple vista.  
3. “Frankenstein” de Mary Shelley
Resumen copiado de Amazon.es: Los famosos poetas lord Byron y Percy B. Shelley, junto a sus jóvenes amantes, se entregaron a un juego literario que consistía en idear el cuento más espantoso que se pudiera imaginar. Ninguno de los presentes logró completar un buen relato… salvo la joven amante de Shelley; aquella noche concibió una historia aterradora y maravillosa: Frankenstein. Desde su publicación asombró al mundo y en pocos años adquirió la categoría de «mito moderno». A caballo entre la novela gótica y el relato filosófico, la historia del soberbio científico y su monstruosa creación ha apasionado a varias generaciones de lectores.
Andrés nos dice: Este es, de todos, el libro que más me enseñó a ser humano. Creo que fue el primer libro que me hizo llorar. A lo largo de sus capítulos, mientras leía, yo mismo desarrollaba mi propia capacidad de compasión y de comprensión de todos los seres humanos según su propia condición y circunstancias de vida. Y me enseñó, por supuesto, que todos tenemos una historia, y que todos somos diferentes, pero que eso no nos hace, nunca y en ningún sentido, monstruos.
4. “Resurrección” de León Tolstói
Resumen copiado de Amazon.es: Posteriormente a la publicación de sus obras cumbre, Guerra y paz (1869) y Anna Karenina (1878), la crisis espiritual de Tolstói crece día a día y desemboca en aquel atormentado episodio en donde renuncia a todo y huye sin destino hasta terminar en una helada estación ferroviaria en Astapovo.
Resurrección (1899) es obra que plasma esta crisis, en la cual el protagonista, con el peso de sus tormentosos actos pasados, cambia su modo de vida desistiendo de todo aquello que causa mal en los hombres. A pesar de su infortunado desenlace, no se da por vencido en conocer la respuesta, que siempre estuvo tan cerca de él: la resurrección de su espíritu.
Andrés nos dice: Aunque con el tiempo me sentí más identificado con Dostoyevski, este es el primer libro que leí de un escritor ruso. Yo era adolescente, y devoré sus seiscientas páginas en pocos días. Me hizo crecer. Yo mismo viví la transformación que vive el personaje, cuya vida cambia radicalmente al hacerse primero consciente, y luego responsable, de sus propios actos.
5. “Todos los nombres” de José Saramago
Resumen copiado de Amazon.es: La historia de amor más intensa de la literatura portuguesa. Todos los nombres es el relato de aventuras de un José «sin nombre», aunque el suyo sea el único que figure en la historia. En su aparente humildad, en su auténtica soledad, en su falta de bienes materiales y afectivos y, sobre todo, en su inalienable dignidad humana, este don José es pariente próximo de otros personajes literarios: Bouvard y Pécuchet, los copistas enciclopédicos de Flaubert; el obstinado Bartleby de Melville; el metafísico Bernardo Soares de Pessoa… Don José comienza cultivando la afición inocente de coleccionar noticias sobre personas famosas. Pero, para otorgarles fiabilidad, decide completarlas con los documentos del Registro Civil donde trabaja. Esto lo obliga a cometer infracciones al reglamento y a protagonizar aventuras de las que nunca se había creído capaz.  
Andrés nos dice: Quise elegir, para terminar, alguna de las novelas que siendo adulto ha continuado la labor de ayudarme a crecer. Aunque, después de la adolescencia, diría que son Franz Kafka y Julio Cortázar los autores que más me han enseñado como escritor, está claro que mi vida adulta fue marcada profundamente por esta novela. De la mano con su protagonista, don José, aprendí que nunca es tarde para hacer lo que más quieres en tu vida, y que estas metas nunca son iguales entre una y otra persona; y que no hay sueños pequeños y grandes, solo personas únicas, con una historia irrepetible, y con un camino que no se parece al de nadie y que solo cada quien podrá caminar (y hacerlo al andar) el suyo.

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