DE MÉDICOS Y PACIENTES

Desde muy temprano nos acostumbramos a acatar sin dudas ni murmuraciones la autoridad de diversos roles como padres, profesores, médicos; es parte de la socialización que no nos enseña a cuestionar para poder entender. No estamos acostumbrados a asumir la plena responsabilidad por nuestra salud, creemos que son otros, en este caso los médicos, quienes tienen esa responsabilidad, eso es falso. Los médicos, profesión por demás filantrópica y sacrificada, solo hacen su trabajo que es no ocasionar daño y preservar la vida. Los responsables de nuestra salud somos cada uno de nosotros. Ejercer esa responsabilidad empieza por informarnos sobre los temas de salud que nos competen y por aprender a entender y oír a nuestro cuerpo.

Claudia Rainville, autora de “Metamedicina” (1) nos da un ejemplo: “Martine lleva a su madre al médico. Un año antes, su madre padeció cáncer de mama y se le practicó una mastectomía. En la consulta el médico le dice a Martine: si yo estuviera en tu lugar, me extirparía los dos pechos y me pondría prótesis. Las mujeres que desarrollan cáncer de mama con frecuencia tienen hijas que también se ven afectadas por este tipo de cáncer”.  ¿Será realmente la mejor opción pasar por una mastectomía “solo” porque tu madre tuvo cáncer de mama? Ya habíamos expuesto en otros ensayos que, si bien la genética definitivamente predispone, JAMÁS determina. Y eso es algo que tenemos que entender por nuestro propio bien y el de la sociedad en general, ahorrando al sistema de salud miles de operaciones innecesarias.

Sobre este tema puedo reportar casos de mi propia experiencia.

Estando en la universidad, me salió un bultito en el seno derecho. Mi madre alarmada y casi en pánico me llevó a una médico recomendada por una amiga suya. La doctora (cirujana) me examinó y dijo que me tenían que operar cuanto antes. Mi madre lloraba, la amiga (enfermera jubilada) le decía, que hay que sacar ya cita para la operación. Yo, sin más, les dije que no. Que estaba dando exámenes finales en la universidad y que ni hablar iba a faltar, que al final si me muero no importa si no doy los exámenes, pero si no me muero ¡habría perdido un semestre entero! Pero no era solo eso, mi “sabiduría interna”, intuición o como queramos llamarla, me decía que no era nada malo, que no pasaba nada con el bultito, que no había motivo de pánico. Por eso pedí otra opinión. Me vio un tío que era ginecólogo, quien después de auscultarme me dijo: “hijita, puedes venir con tus nietos si quieres a operártelo, no hay ninguna urgencia, ni motivo”. Esa opinión me gustó mucho, pero mi madre quiso ir por una tercera. Una sobrina de su amiga, también médico, me revisó y dijo que sería bueno extirpar el bultito en algún momento si creciera y me molestara, que no había urgencia de hacerlo ahora mismo, pero que sugería hacerlo en algún momento.  Sacando la media de las opiniones, pues no me hice operar, terminé la universidad y solo me lo hice extirpar años después antes de irme a trabajar seis meses a un crucero. El análisis del bultito confirmó que era un fibroadenoma (tumor benigno típico de las glándulas mamarias) y que como dijeron dos de tres médicos no había ni urgencia ni necesidad de operarlo.

Lo que trato de resaltar es la importancia que tiene que nosotros mismos aprendamos a oír a nuestro cuerpo, a conocerlo, que nos informamos aplicadamente de los temas de salud relevantes para nosotros. Junto con el conocimiento y experiencia del médico podemos llegar así a los mejores resultados. No se trata en lo más mínimo de socavar la autoridad que los médicos puedan tener en sus campos de especialidad, sino más bien de llamar la atención sobre el derecho y obligación que tenemos nosotros como pacientes de usar nuestro discernimiento, adicionalmente a las opiniones médicas. Finalmente se trata de nuestra propia salud.

Esto es algo de lo que conversaba frecuentemente con mi ginecólogo, a quien aprecio mucho y a quien disciplinadamente acudo todos los años desde 1999, medicina preventiva aplicada 😊. Los dos apreciamos nuestra consulta porque es más que eso, profundizamos en discusiones que van desde filosofía hasta ética y que algunas veces resultan bastante acaloradas, siempre con mucho respeto de su posición de médico y la mía de paciente. Nuestra máxima es que el mejor trabajo es uno con el otro, no contra el otro, porque él podrá saber mucho de ginecología, pero nadie sabe más sobre mi organismo que yo. Y aun con tanta complicidad paciente/médico tuvimos nuestras serias discrepancias. Al tener yo una serie de miomas uterinos que mi ginecólogo y yo conocemos muy bien, los tenemos clasificados y monitoreados, prácticamente cada año les pasamos lista; en algún momento me recomendó que me extirpe el útero como medida preventiva. Yo, muy aplicada me informé lo más que me pude y le dije que no, que mi útero tiene una razón de estar donde está y que por “prevención” y sin ningún indicador de riesgo ni urgencia, no me lo dejaba extirpar y que en todo caso quería otras opiniones. Eso hice y después de consultar dos médicos más, decidí que no se me practicaba ninguna histerectomía. Diez años después ya entrada en la menopausia, mi médico y yo reconocemos ambos que fue la decisión correcta, MI decisión. El no seguir a ciegas las recomendaciones médicas me han ahorrado una histerectomía y todos los riesgos para nuestro cuerpo que una operación conlleva.

Con esto no estoy llamando a ignorar lo que diga un médico, solo intento concientizar que los únicos responsables de nuestra salud somos nosotros mismos, que los médicos son una ayuda con conocimientos especializados que están ahí para trabajar con nosotros para ayudarnos a conservar o recuperar nuestra salud. Y así como no existen los dioses con mandiles blancos, tampoco deberían existir los pacientes que se desentiendan de su responsabilidad sobre su propia salud.

¿Y tú? ¿Asumes esa responsabilidad o aun no?

(1) «La metamedicina” de Claudia Rainville, 2da edición junio 2021. Editorial Sirio

2 comentarios en “DE MÉDICOS Y PACIENTES”

    1. Ana María Núñez de Arzt

      Así es querida Elizabeth! Somos responsables de nosotros mismos, de nuestras salud, de nuestras emociones, de nuestra vida en total. Nos vemos el miércoles!

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